2024 es un año muy importante para México y la vida de 127.5 millones de personas, en términos de las decisiones que se tomen sobre el rumbo político del país y con ello las decisiones que tomarán quienes asuman la presidencia, 8 gubernaturas, y las presidencias municipales en 30 entidades federativas. La evaluación de intervenciones públicas debe ser una herramienta imparcial, independiente, que se aplique sobre bases técnicas y por personas con perfiles y competencias específicas, que sirva a las personas tomadoras de decisiones para la mejora de su quehacer público. La obligatoriedad de la evaluación se ha establecido en el marco normativo federal y subnacional, y en torno a la práctica evaluativa se ha desarrollado un ecosistema en el que intervienen activamente instituciones públicas federales, estatales y municipales, la academia, la sociedad civil y el congreso.
En México la evaluación no sólo se realiza en el ámbito de gobierno y de las políticas públicas. Diversas organizaciones de la sociedad civil reciben recursos de donantes nacionales e internacionales para diseñar e implementar proyectos específicos para el desarrollo, para apoyar poblaciones en situación de vulnerabilidad y para brindar atención cuando suceden eventualidades que ponen en riesgo a las poblaciones (sismos, huracanes, etc); y que requieren evaluaciones de esos proyectos. Actores globales, multilaterales y ministerios de relaciones exteriores de algunos países que financian proyectos en el país demandan evaluaciones de medio término, finales, o de sus programas país.
La Academia Nacional de Evaluadores de México, A.C. (ACEVAL) es una organización de la sociedad civil, constituida en 2014 y que desde sus inicios ha buscado la agrupación y profesionalización de las personas evaluadoras, la participación activa en las discusiones y propuestas de acción para mejores prácticas evaluativas y el uso de la evaluación. En este contexto heterogéneo que tiene la evaluación en el país y el momento político tan relevante para las administraciones públicas federal y estatales, en un país con larga trayectoria en evaluación de programas públicos y de inversión pública, advertimos la necesidad de consolidar en una Agenda Nacional de Evaluación los principios básicos que todos los actores del ecosistema nacional de evaluación adoptemos como compromisos de buenas prácticas a futuro.
En este primer esfuerzo por la co construcción de la Agenda Nacional de Evaluación, ACEVAL invitará a actores del ecosistema de evaluación a sumarse a esta propuesta, se pretende que Agenda Nacional de Evaluación sea una agenda abierta para que se sumen todos los interesados en la evaluación, será revisable cada determinado tiempo para analizar la vigencia de su contenido y monitoreable en sus alcances.
Para su logro, se requiere el trabajo comprometido de un equipo de Champions que impulsen la co-construcción de la Agenda para realizar las actividades que conduzcan a su firma durante la Conferencia de Evaluación de septiembre 2024.
¿Porqué la Agenda Nacional de Evaluación?
Para reconocer que la evaluación está en evolución constante y que se requieren voluntades y propuestas viables de mejora para transformarse a las necesidades actuales considerando las condiciones económicas, políticas, sociales y ambientales. Esto subraya la importancia de adoptar un enfoque a largo plazo para el desarrollo y la mejora continua de la práctica evaluativa.
Sin duda, la evaluación en México es utilizada para mejorar la gobernanza, la toma de decisiones en las intervenciones públicas, la transparencia y rendición de cuentas, y proyectos sociales; sin embargo, aún queda por hacer para mejorarla, para incidir en la mejora de la calidad de vida de las personas, justa, equitativa, y sostenible. La colaboración y la coordinación entre personas formuladoras de políticas, programas y proyectos, personas evaluadoras y profesionales del desarrollo son fundamentales para abordar estos desafíos y garantizar que la evaluación tenga un impacto efectivo, fomentando y considerando la participación de las personas involucradas para una toma de decisiones informada con evidencia sólida. Es importante trabajar hacia una mayor comprensión, práctica y uso de la evaluación como motor del cambio positivo y el progreso sostenible.